
Seguramente en este clan hay muchos Alfas que han tenido esta preocupación.
Con el crecimiento, nuestros retoños pueden estar más expuestos a convivir con otras personas que no son los de su propia manada (papá, mamá y hermanos), ya sea porque se quedan al cuidado de personas externas a la familia o porque tienen que pasar más tiempo en otras actividades como la escuela, cursos, talleres o cualquier otra circunstancia en la que no podemos estar presentes.
Sabemos que afuera de nuestra cueva hay depredadores que pueden significar una amenaza para los alfitas; gente que puede llegar a realizar tocamientos indebidos o incluso abusar sexualmente de ellos.
Sin embargo, nosotros como padres podemos cimentar desde casa algunos hábitos y enseñanzas que le serán de mucha ayuda para prever cualquier escenario como los que antes planteamos, pero sobre todo para que los alfitas aprendan a cuidar y respetar las partes íntimas de su cuerpo, así como para que no normalicen conductas que los pueden poner en peligro.
Expertos de healtychildren.org y otros Alfas del clan recomiendan que los siguientes puntos se practiquen con alfitas desde los 2 años en adelante:
1.- No los obligues a dar besos o abrazos. Si tu alfita en algún momento no quiere saludar de esta manera a algún familiar o conocido, no lo fuerces. No es que sea “mal educado”. Respeta su decisión y recuerda que, muchas ocasiones, las agresiones sexuales provienen de miembros de la familia y personas cercanas. Basta con que salude de lejos con un “hola”.
2.- Enséñale su derecho a la intimidad. Desde saber identificar sus genitales y nombrarlos por su nombre, hasta no permitir que nadie toque sus partes íntimas, existen otras acciones sencillas que ayudan a que entiendan que tienen derecho a tener intimidad y pudor. Por ejemplo, no le cambies la ropa o pañal frente a más personas, aunque sean la abuela o los tíos.
3.- El semáforo corporal. Como si fuera un juego, practica con tu alfita qué partes son una zona verde o roja, entendiendo que las verdes son partes públicas y las rojas partes privadas, respectivamente. Enfatiza con ellos que no solo es un peligro que alguien los toque, los rozamientos y miradas lascivas también son una señal de alarma.
4.- Aprovecha los momentos. Alfa, no desperdicies las oportunidades para hablar con ellos de estos temas. Por ejemplo, platica con ellos en la hora del baño, al llevarlos a la cama o cuando estén por enfrentarse a situaciones nuevas, como un nuevo ciclo escolar o la salida a una excursión.
5.- Abusado con lo que ven en la TV, Internet o en casa. Recuerda que los alfitas son como esponjitas y tienden a imitar lo que ven tanto en la televisión, en internet o hasta en casa. Explícales que muchos comportamientos de adultos se pueden hacer hasta cierta edad y en lugares adecuados.
También sé muy cuidadoso en cómo tú muestras afecto a su mamá. Lo recomendable es que mejor vean muestras de cariño respetuosas, tiernas y amorosas; deja las “nalgadas picaronas” para un momento en el que los alfitas no estén.
De esta manera ellos cuidarán su cuerpo y no normalizarán comportamientos que tengan una connotación sexual; genera confianza con ellos por si en algún momento se enfrentan a una situación incómoda.
Por último: escucha e intenta comprender todo lo que dicen, a veces ellos, de una forma quizá escondida o entrelíneas, pueden informarte sobre situaciones de las que hay que estar muy pendientes.